Mr. Marshall
Al abrir las redes
sociales he encontrado la siguiente
propuesta: “Cita directores de cine cuya
filmografía volverías a ver”. Hasta ahí todo bien, leo los comentarios y en su
mayoría, citan a directores norteamericanos y algún que otro director de cine
japonés. A excepción de dos personas que nombran a Kathryn
Bigelow y a Antonio Mercero.
Mi aportación fue la
siguiente: Alex de la Iglesia, Jesús Franco, Juanma Bajo Ulloa, Jaume Balagueró,
Edgar Neville, Luis Buñuel, Berlanga, Alejandro Amenábar, Ricardo Franco,
Bayona y añado Sofia Coppola, Jane Campion, Isabel Coixet, Ida Lupino,
Helena Cortesina, Ana Mariscal, Rosario Pi, Julie Dash, Loise Weber (Dirigió el
Mercader de Venecia en 1916), Icíar Bollaín. Mi apuesta es clara, por un
lado cine español y por otro, cine
dirigido por mujeres.
Cada vez soy más
consciente del conflicto entre cultura e inteligencia, que muy bien plantea
Samuel Beckett, somos inteligentes, pero no nos engañemos, el bombardeo
constante de películas americanas nos
deja muy lejos de ser cultos, tenemos memoria, las vemos hasta la saciedad, como un disco rayado, así es muy fácil recordarlas.
En los comentarios, todos
han respetado sus aportaciones a
excepción de la mía, porque defender el
cine español es defender, o bien los intereses de unos u otros. ¿Con qué me
quedo? Con una cultura que en realidad no lo es, somos loritos, repetimos lo
que vemos, no nos cuestionamos ni abrimos la mente a nuevas opciones, ni tan
siquiera las buscamos nuestra raíces. A mí me gusta Wilder, Lucas, Chaplin o Browning, pero
también me gustan Berlanga, Neville, Isabel Coixet y Jane Campion o el cineasta
alemán Percy Adlon.
¿Qué será de
nosotros? ¿Qué será de nuestro cine? ¿Qué será de nuestra cultura?
A veces siento que
España es un cocido a fuego lento hecho con los despojos de todos, somos más
extranjeros de nosotros mismos que nunca.
El cine de Berlanga, Rovira Beleta, guiones de Rafael Azcona, que tanto aliviaron a la generación de mis padres en una posguerra
y dictadura atroces, un cine que se saltaba las normas, un cine que dejó a los
censores como unos verdaderos idiotas, se desvanece de la memoria colectiva. Ahora sencillamente, nombramos a los directores norteamericanos
como una suerte de nueva lista de los reyes godos, sin más, como cacatúas ¿Y el
amo? Sigue siendo el mismo: Mr. Marshall.
Mª Carmen Martínez
http://diariodeundodecaedro.blogspot.com.es/
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