Querida abuela,

Hace un año que te fuiste, cogiste el tren nocturno de la Vía Láctea, de vez en cuando las garzas vienen a verme trayéndome buenas nuevas. Aquí en la tierra hacemos lo que podemos, te aseguro que tiramos para adelante. Ya sabes lo que ha sido tu partida para mamá, perdió a su madre y ahora a ti, no es fácil curar el corazón cuando tus dos madres mueren.

¿Qué quieres que te diga? Yo le doy mucho amor y comprensión, y amo a mamá y a papá con todas mis fuerzas.

Una amiga me regaló una planta, para ayudarme con el duelo, sé que la ves, está muy bonita.

¿Como están todos? Supongo que seguís haciendo trampas al parchís y que el abuelo sigue con una partida de ajedrez infinita. Ya os vale, poned un poco de sentido común ante tanto desenfreno, abajo queremos noticias.

Tu princesa se ha sacado la teórica del carnet de conducir y el peque sigue creciendo.

Continuo escribiendo, ya sé que te gusta, estoy dando pasos; en mi nuevo libro he incluido la carta que te escribí ¿recuerdas? en ella de decía que te echo de menos, una carta dos semanas después de tu partida. Sigo echándote de menos. He comprado un frasco de colonia de 1916, es tu perfume de siempre, escucho tu voz en grabaciones y el tacto de tu piel no quiero olvidarlo.

En fin, demasiadas cosas de vivos te explico.

Te quiero,

MªCarmen