La educación es la llave

Con una pérdida de autoridad por parte de los maestros y padres, los niños lo resuelven todo a bofetadas. Si no me das el juguete plas, ostión, sino juegas conmigo plas, patadón. La violencia se ejerce desde la infancia.

Son muy curiosas las agresiones entre niños porque nadie media, ni nadie les hace comprender y aplicar las consecuencias de sus actos, hasta que es demasiado tarde.

Acabo de leer un artículo de Lidia Falcón http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2015/10/06/descuartiza-y-comete-a-una-mujer/, sobre el cartel de una hamburguesería con la maja desnuda de goya,  en la que hay una serie de líneas en las que se marcan las diferentes partes de la carne para comer, cual cerda o vaca, vamos que simplemente hay que despiezar a una mujer y comérsela. Ni políticos ni jueces,  NADIE  se ha hecho responsable, así la cosificación es una realidad, de aquí el ejemplo. 

Debería ser obligatorio en las escuelas leer Acoso Moral de Marie-France Hirigoyen y a Eichmann en Jerusalem de Hannah Arendt, donde habla de la "banalidad del mal", o bien leer a Simone Weil, en lo que bien dice la "cosificación" del ser humano.

Se banaliza la violencia hasta el punto de hacernos inmunes,  hasta que la vida se desvanece, o bien porque un niño se suicida o bien porque una persona es asesinada a manos de su pareja o ex pareja.

Criminales, gobernantes, empresarios no piensan en personas sino en cosas o esclavos, no importa si viven o mal viven. La mentalidad psicópata la vemos demasiado a menudo, diría más, vivimos en una sociedad psicópata, una sociedad enferma donde crecen los futuros nuevos enfermos.

Me da la risa cuando algunos adultos  dicen que sencillamente es lo que se van a encontrar cuando sean mayores, pues verán señores,   ese  adulto asesino fue un niño que no le enseñaron a hacerse responsable de sus actos. Ese niño de mayor es Manson, ese niño es Jack el destripador. Poca coña, un psicópata, un violento se gesta desde su infancia y debemos, mejor dicho estamos obligados a condenar toda violencia, toda es TODA, incluida la violencia ejercida por niños. 

Muchos educadores y padres no son conscientes del problema. La sociedad está enferma de irresponsabilidad. Todo acto tiene consecuencias. Todos, sin excepción y a todos los niveles, desde el cuántico, pasando por el más evidente que es el físico, hasta el Universo.

Los niños no son violentos, por eso creo en Rousseau, "el ser humano es bueno por naturaleza", pero es desde la misma familia,  la escuela y demás ámbitos sociales  donde germina la violencia, ejerciéndose desde muy pronta edad. Por esta razón  son necesarias acciones reales, no sobre papel,  para transformar y transformarnos en mejores. Es nuestra responsabilidad que la violencia no se ejerza ni en la infancia ni en cualquier etapa de nuestra vida.

La educación es la llave.

Mª Carmen Martínez