Las aguas de Mnemósine.




Étienne Carjat, Camille Claudel, 1886





No celebraré el nacimiento de Debussy ni su genio. Celebraré la memoria de aquella mujer con la que jugó a ser cazador, entregaré mi aliento a recordar lo que nadie quiere. Celebraré las aguas de Mnemósine.


Recordaré esas manos de diosa que hicieron propio el barro, que supieron domar al mármol  haciendo de él dulce terrón de azúcar, recordaré que tú Debussy, el depredador, en tu sed de saberte hombre,  oliste a hembra deborando a tu presa hasta dejarla sin aliento, moribunda y ausente. 

Sí, ella, la diosa, la mujer que domó a los elementos haciéndolos suyos, aquella por la que envidiaste a Rodin, ¿Recuerdas su nombre?  Camille Claudel, ángel devorado, las palabras que tatúan su recuerdo con la incomprensión e ignorancia de los cobardes, es la historia de los hombres.

¿Fue todo a causa de tus nervios?

¡NO!

Sin apenas encargos, trabajos sin pagar, hombres que devoraban tu esencia, una madre que prefirió morir a verte libre, un hermano que jugó a ser tu dueño ¿Nervios? Todos te hundieron en aguas de Lete, -¡Agua Bendita!- debieron pensar.

Aquella carta del doctor Brunet aconsejando tu regreso a casa,  los sentenció a todos, mostró su traición. Nadie vendría a buscarte, solo la Muerte.

Hades te dio a beber de las aguas de Mnemósine para revelarte los misterios.  

¡Bendito Hades! que ni las puertas del Averno abrió para tus ejecutores.

Existe un infierno mucho más profundo donde el deshonor y la vergüenza son los reyes, donde las aguas de Mnemósine han restaurado la memoria escrita por valientes, donde Debussy es una sombra venenosa y tú Camille eres el sol que quema toda su pozoña.

¿Nervios?

Todavía hoy condenan tus viajes a las profundidades de tu mente, donde la soledad y el dolor habitan, tu padre sabía de tus viajes, de tu soledad y dolor,  él esperaba  y tú siempre volvías.


Sorbo mi café hecho de aguas de Mnemósine,  Hades me revela tu misterio: En ti yace Lilith y tú eres libertad.

Mª Carmen Martínez
http://instrumentopoetico.blogspot.com.es/

Rosalind Franklin

En 1962 se concedió el Premio Nobel de Medicina sólo a  Watson, Crick y Wilkins,  obviando los descubrimientos de Rosalind Franklin, compañera de investigación y pieza clave.

Watson, cuentan las malas lenguas, respetaba el trabajo de investigación de Rosalind Franklin, pero ninguno de ellos pidió que fuera incluida en el premio.

Rosalin Franklin obtuvo la fotografía de la molécula de ADN a través de la difracción de los Rayos X, demostró que su secuencia consta de 2 cadenas.  Watson, Crick y Wilkins mostraron y publicaron la fotografía de Rosalind sin su permiso y además obtuvieron un inmerecido Premio Nobel.

Tal día como hoy de 1920,  nació Rosalind Franklin. Murió de cáncer.

Recuperar la memoria y darle a cada cual su justo lugar en la historia, es un ejercicio que sólo los valientes son capaces.

La historia escrita por vencedores es la más cobarde de todas.

Mª Carmen Martínez.
http://instrumentopoetico.blogspot.com.es/

El Santuario

Existe un santuario, es la fosa de mi mente, allí nacen monstruos que mi corazón diluye.

Cada latido es un estallido,  es la nitroglicerina recorriendo mis venas y mis órganos son mis pequeños zombies. Vida explotando de manera  extraña y desmembrada.

Aquel santuario de pensamientos, sueños quebrados que resucitan golpes de esperanza, más extranjera que nunca, es mi descanso.

La valentía es para quien se pasea por la muerte con la dignidad del que todo lo tiene y no posee nada.



Ayer tomé unas copas con la muerte, sigilosa, me susurraba lo muerta que estaba, me recordaba que paseo por la vida con un cuerpo inconsistente, un cuerpo diluido por estos tiempos. Aquello que tomé por vida es en realidad muerte rotunda y desperezada, una muerte dispuesta a recorrer los surcos de mi piel.

Permanezco en este  santuario, reflejada en mi locura, mi corazón late y en mis venas la sangre fresca es la nitroglicerina de mis días.

Mª Carmen Martínez

Mis mundos

Hay un paraiso al fondo de mis ojos y si te atreves, más allá de mis ojos, hay un camino que atraviesa las fronteras de mi ser, hallarás mis mundos.
En mis mundos la libertad crece sin miramientos y la luz llena los resquicios de un corazón solitario.



En mis mundos también crecen los abismos, llenos de soledad, una soledad fraterna, amiga, aquella soledad que cobija, soledad serena.

 Más allá de mis ojos,  hay un camino donde hallarás mis mundos.

Mª Carmen Martínez
http://instrumentopoetico.blogspot.com.es/

SOY LIBRE PORQUE FUI ESCLAVA



Existe una esclavitud profunda, arraigada, que diluye los horizontes de lo que soy. Esclavitud inhalada a profundas caladas, hecha de adicciones de todo tipo, construida con ladrillos de miedo y sufrimiento. Esa esclavitud que viste una soledad maligna y demoledora que devora toda esperanza.

Es la esclavitud absoluta, con cada calada se hacía más mía y yo más suya, diluyendo los horizontes de la vida, de la nada.  Narcotizante, derrapaba por mis entrañas convirtiendo mi abismo en sufrimiento y soledad. Emociones cocidas a fuego lento, prisiones construidas con mi permiso.  Crecí prisionera de limitaciones ajenas y  miedos ajenos. 

Lloré gritando libertad y con alas para volar hacia los horizontes de la vida. Nadie pudo cortar mis alas, en realidad, sí que lo hicieron, pero aquellas alas volvían a crecer, más fuertes y más grandes.

La tierra se enamoró de mis huellas, llenando de polvo mis pies, y tendió caminos inhóspitos, el aire apartó los velos y pude ver con claridad mis lágrimas, cencelladas blancas y rojas. No sentí miedo, ese fue el error, sin miedo pero esclava, los elementos azuzaron la sangre de mis venas, en esa sangre hervía una vida para ser vivida. El fuego susurraba unos horizontes perdidos a mí oído, listos para ser hallados.






 Dejando de buscar,  encontré en mis venas los albores de tiempos vividos en los que por ser mujer fui quemada, violada y en estos horizontes cercanos,  mi yo mujer languidecía en la memoria, fui presa de todo lo ajeno, sentí en mis manos la pistola que acabaría con todo, porque morir se convertía en un acto de valentía. Los elementos despertaron mi conciencia perdida y sentí que estaba muerta.

 
Ahora, con cada latido estalla la vida en mis entrañas y me recuerda que lo vivido no fue más que un sueño que se llevó un tiempo de mi, se llevó un tiempo de mi muerte y ahora la vida se despereza en mis pulmones, inhalando y exhalando la libertad resucitada de mis entrañas, sin tibiezas. Una vida intensa que carboniza las entrañas, una vida que sólo puede ser vivida, una vida construida con la demolición de todo lo construido con la muerte. 

Busco en mi bolsillo mi dosis de broncodilatador, mis pulmones encogen, ahora todo es nuevo, las certezas de otros tiempos han muerto con el miedo y ante mí, sin sigilo,  se manifiesta un mundo desconocido, llamado Libertad.

Ahora sí, soy libre porque fui esclava. 

Mª Carmen Martínez
http://instrumentopoetico.blogspot.com.es/