Dulces sueños

Dulces sueños,
navegante levanta el mástil, es el mar.
El mar de Ahab surcando las cicatrices de heridas henchidas por navajas.
Surca y sigue surcando las cicatrices,
soy mi propio leviatán.
Dulces sueños,
son los horrores negros tatuados en mi piel,
delatores de la muerte.
Mi muerte querida que surca mis venas.
Mi querido tormento hecho de flemas dispuestas a escupir los anhelos contenidos.




Realmadores (Dedicado a las mujeres de Ruanda)

La tierra está desalmada,
¿Quién la realmará?
La realmadora que la realme
buena realmadora será.
La humanidad está desalmada
¿Quién la realmará?
La realmadora que la realme
buena realmadora será.
La realmadora está realmando
al realmador de almas negras.
Almas negras realmadas
con sables hirientes en sus vaginas.
Vagina sableada camino perdido,
abismo abisal.
Vagina renacida,
Camino realmado.
Ya nadie llora los caminos perdidos,
mis caminos perdidos,
caminos de puños y espadas.
Yo alma sola,
te grito alma sola.
Solo alma realmada
de paraísos universales.
Yo alma, tierra, madre.
Yo vagina renacida.

http://www.bubok.com/libros/6377/Realmares

Quesada y Aldonza

Tatuador de tesoros,
tatuador de rosas,
es fácil de entender.
Tatúa mi alma con tus labios hechos espinas,
tatúa mi alma estéril de tesoros.
Surca mi piel,
dibuja este amor que ciega hasta los mismos ángeles.
Traspasa el umbral de la verdad,
es fácil de entender.
Navegamos por este océano,
sólo viento, ni capitán ni timonel
sólo viento empujándonos,
sólo viento conduciéndonos.
Amor que no puede albergar el mismo océano.
Amor que no puede contener ni la misma madre tierra.
Sigue surcando mis carnes, tan olvidadas.
Surca, surca,
fondea en mi alma, aspirando mi aliento.
Aliento danzando entre nuestros labios.
Fue la locura o la palabra,
recuerda tu nombre caballero andante,
Quijote eres ahora navegante
¿recuerdas?
Surca mi cuerpo
que la escarcina hirió en el tiempo,
es fácil de entender.
¿recuerdas?
Eres Quesada eres Quijote
Y yo Aldonza, soy Dulcinea
Y juntos la locura.
Tu, yo sin carne, sólo esencia,
amor esencia.
Tu, yo vida tras vida
buscando nuestros labios tatuados,
buscando estamos en la muerte este amor.
Amor que ni la misma muerte desvanece.
Buscando estamos posar cuerpo con cuerpo,
Posar alma con alma.
Quesada y Aldonza
amor que el hombre no entiende.
Amor que ningún dios abraza,
Quesada y Aldonza

CAMINOS PERDIDOS

El camino pasado deja huellas que el viento roba en la misma senda, sin tregua, la lucha por los recuerdos erosiona el arte de vivir el presente. Un presente que acongoja y extirpa la esperanza de ser. Porque siendo pienso en el futuro que no existe pero mi mente traicionera sigue huyendo de la realidad de mis huellas, el presente.

Creí pensar que en un tiempo mis huellas quemarían el camino, pues como dijo el poeta “se hace camino al andar” y no, soy el propio camino, un rincón de destinos que palpitan encontrar un claro dentro de la encrucijada tremenda que hostiga la realidad, yo misma.

El camino soy yo en un encuentro de destinos desbocados que arden ser testimonio de mi realidad presente. Vivo una realidad que es excluyente y lo primero que excluye es a mi misma como mujer, soy esa parte de la ecuación que siempre se siente amputada y dividida, porque en mí la acción no es multiplicativa.

Han creado un circo a mi alrededor en el que, algún que otro bufón de gran rango académico, da el testigo y permiso para aceptar que si algo ha de conducirnos al cambio es lo femenino, las mujeres.

Quizás lo único que nos puede conducir al cambio es ha reconocernos como camino y no como peregrinos, porque en el peregrino está la ausencia de pertenencia que legitima a muchos a cometer todo tipo de aberraciones de consecuencias permanentes, si soy camino soy origen y consecuencia, así que lo que haga me pertenece tanto en sombras como en luces.

Es en el camino que soy donde reside la permanencia, pero siendo camino soy alma peregrina, alma furtiva que muere a cada paso, pero mi yo camino será el legado que por pequeño que sea seguirá siendo reino de permanencia.

Ando siendo fugitiva en mis caminos y sigo encontrando terribles ausencias y miedos cohibiéndome lo que en realidad soy, mí mismidad. En mis venas permanezco surcando un viaje transoceánico para encontrar en mí un destino cierto, mí misma.

El dolor sigue debatiéndose con toda su furia, es el Minotauro, yo sin ser Teseo busco en los ojos de la bestia la esperanza renacida de los que no pueden ser escuchados, porque en él está la furia cierta de los que siguen ausentes.

Le miro fijamente y me encuentro, soy yo el Minotauro, durante algún tiempo alimenté mi alma de carne humana. Mi carne deseaba vengarse de las afrentas y tendida en el laberinto allí se pudrieron mis días. Ausencias sangrando mi camino.

Fui hecha de la misma espuma del mar, fui concebida con la pureza de las olas, mi piel de brisa, mi fuerza estaba en mi inocencia que arrancada me violentó y quise comer la carne de los que corrompieron mi alma, pero en ese alimento salvaje, mi alma se volvió oscura, sintiendo que yo era mi propio monstruo, seguí encerrada.

Soy el estigma, en mis vidas pasadas fui violada, fui tomada en conquista porque sencillamente soy el trofeo de los que trafican con las almas de los inocentes.
A veces sigo mis impulsos y ellos siguen condenando lo que soy porque ahora pertenezco a los que piensan, son académicos, intelectuales, políticos olvidando que soy la furia de Minotauro.

Llueve y al rato sale el sol, el cielo lleno de cinismo dibuja un arco iris, recordando que yo misma soy, sin más y que mi furia es blanca, hermosa porque en mi furia está la fortaleza de la lucha de los vencidos, porque en mi habitan los genes de todos los vencidos.

Soy Minotauro nacida de la misma afrenta, fruto de la enajenación de los que siguen sin pensar que tras mi escote unos centímetros más arriban yacen unos ojos marrones, ojos grandes, profundos, en donde hacer un viaje hacia mis entrañas.
Lástima que la estupidez ganara alguna que otra guerra, tratando de borrar un pasado que a todos nos pertenece. Es una historia que lamentablemente sigue sucediendo, es la memoria de los vencidos y con ellos seguimos perdiendo todos.

¿Dónde están los caminos?

Perdidos.

MIS ABISMOS ENCONTRADOS

Tus pupilas palpitan al son de las palabras equivocadas. Retales de noches rotas, donde la magia fue un latido y nuestras soledades palpitando, huyen hacia los confines desconocidos. Abismo de la noche y nuestras simientes rotas buscan engendrar nuevamente el abismo.

Sigo bajando a un abismo sin fin, un derrumbe, ¿la salida? Yo mismo, yo soy principio y fin, son los ecos abisales. Suspiros. Silencio. Más Silencio. Yo soy la simiente que incomoda al sol, soy su oscura sombra. Las cuerdas suenan, resuenan en acordes perdidos, son los perdidos abismos. Mis abismos encontrados.

LUMPEN

Escucho a muchos hablar sobre el lumpen como algo de baja calaña, no creo que sea una baja calaña, el lumpen simplemente se dedica a vivir, sobrevivir porque en sí es lo que hacemos todos, muchos lo hacen sin esclavitud.

Me siento al margen de todo, incluso creo que tengo el don de la invisibilidad porque escribo entre coladas, fregonas y escobas, porque en mi mundo pensar no es prioritario y sentir menos todavía.

Cuando se es ama de casa voluntariamente, bien, pero una vez pasa el periodo voluntario y se quiere salir es realmente complicado. Sobre mis espaldas cae todo el trabajo y responsabilidades que los demás no pueden llevar a cabo, no es sólo la carga emocional que ello conlleva sino, además, la ausencia de espacios genuinos y propios en donde la más absoluta pasión de vivir florezca.

Muchas mujeres que cobran en negro están bajo la esclavitud de sus familias, porque somos mujeres sin mundo, somos mujeres vaciadas, somos “marujas” que se nos supone culturalmente incapaces, socialmente dependientes, económicamente gobernadas, sin derechos ni sindicato, porque limpiar lo que los demás ensucian es lo que tiene, porque trabajar sin opciones es lo que tiene.

¿Pertenezco al lumpen? Ni literariamente se nos supone. Somos el escenario literario colateral.

Aunque a muchos les joda, de lo que hablo es de la esclavitud. Quizás quien vea la tele basura no sea una “maruja”, porque a esas horas hay que ir al colegio a recoger a los niños, parque, ducha, cena, recoge, limpia, prepara mochilas de los niños para el día siguiente, etc. Muy difícil hacer ambas tareas.

Ni somos lumpen ni nada de nada, el más absoluto abismo para que muchos intelectos manifiesten el tedio y aburrimiento que les provocamos, porque se nos supone además ausentes y sin capacidad de reflexión, porque suena aburrido explicar que hoy has fregado el suelo de casa o sacado el polvo, las hay con suerte y se lo hacen, los hay con suerte que ni se preocupan, así habla la minoría que lamentablemente ejecuta nuestros destinos, enfoca el pensamiento y estipula el conocimiento.

Curioso cómo los deportes dignifican al hombre pero ni tan siquiera limpiar la letrina de mi propia casa me dignifica. He creído oportuno reivindicar desde mis silencios mi ausencia de pertenencia. Los hombres me han puesto etiquetas en todas las facetas de mi vida, en televisión, en literatura, en música, soy la carne para ser follada, soy la carne que limpia, soy la que va por la calle, sin identidad alguna, sin seguridad social, sin una ong a la que pueda acudir, porque este problema no puede considerarse un problema.


Lamento la inexistente mirada que traspasa el alma, la mirada profunda capaz de sentir mis abismos y pasiones contenidas, porque la mirada ya no reconoce lo que soy, se ha quedado en ese envoltorio, ahora ya no me mira, soy la pieza más desagradable del escenario que lejos de reconocerse, ha de esconderse.

Reconocerme a mí es reconocer la consecuencia, la dependencia que se me tiene, el miedo a perder lo necesario, alguien tiene que limpiar la letrina, así que necesariamente me presuponen responsabilidades sin vindicación ninguna de lo que realmente soy, mujer y madre y sobretodo un ser libre.

El 92 por ciento de diagnosticados casos de fibromialgia son mujeres, no importa la causa, la mayoría de mujeres han sufrido o sufren depresión, no importa, somos nosotras un diseño defectuoso. Somos nosotras y nuestro problema existencial.

Quizás mi vida entre fregar platos, coladas, griterío de niños sea aburrida, porque ni soy violada, ni soy una prostituta (a ella le pagan por sus servicios), los míos son voluntarios por los cojones y gratuitos, las prostitutas tienen un macarra pero yo soy invisible, con suerte ni me maltratan físicamente ni psíquicamente, el sexo sin ganas sigo sin cobrarlo. Sin ser, soy usada.

Soy amada con sentido de pertenencia, trago las películas de pistolas, bombas, sin chistar, para ser objetivo de burlas en cuento veo una película “romántica”.

Si me expreso emocionalmente soy incomprendida porque en el fondo tal como Beaovoir nos explica en Mujer Rota, lo soy porque me da la gana, aunque no importe que quiera salir, aunque sea sin medios y los demás sigan constriñéndome el cuello.

El lumpen lo siento porque después de recoger vomitadas, de alguna borrachera de los que viven en mi casa, alguna rata muerta, alguna infestación de cucarachas, eso no cuenta. No cuenta cuando la pluma y el papel gritan ser puestas en marcha y, mis manos en una letrina sucia porque unos cuantos culos que han pasado por mi casa han cagado en ella.

Sí yo soy lumpen, sin conciencia ni escenario, porque suficiente trabajo tengo en contenerme a mi misma y sobrevivir, soy algo que nunca citó Marx porque esa esclavitud incluso en su ideario era necesaria. Somos madres que al salir del escenario social difícilmente entramos, aunque la salida del escenario social sea justificable, cuando entras no sales.

Llego a casa y la dichosa letrina no se limpia sola.

Gestando

El amor incesante llora, porque vive atrapado en los corazones, llora y sigue llorando, palpita en un océano de lágrimas. Pierde, encuentra, pero siempre atrapado, ahogándose en sus lágrimas, atado, cerrado porque en la mente reina el miedo, narcotizándolo todo. Estúpidas terracitas, todas hechas con miedo para seguir atrapado.

Mitosis


Mi corazón late, bulle, emerge, se revuelve, pues siente, mis neuronas tranquilas tomando un brandy delante de una cálida chimenea. Mi corazón pronto será el dirigente, pues quiere dar un golpe de estado neuronal. No me quejo, lo dejo.

Itaca


No soy la que teje, no soy la madre, no soy la hija, no soy la muerta, no soy la que espera. Soy todas ellas. Soy Itaca.

LA CITA

Aquellos pensamientos danzaban y, amenazantes, se transformaban en pesadillas que día tras día ahuyentaban todo lo que el día me esperanzaba. Seguía ahogándome y la cortisona me hinchaba, dilatando mi tan castigada piel.

En mis sueños sólo percibía una sensación o bien debía huir o bien debía buscar algo ¿la muerte?

La muerte no acudía a mi encuentro, sólo quería visitarla, aunque fuera un rato. Tomar juntas un café. Todos la temen y yo me siento enamorada, quizás tenga algo de hombre. ¿Es importante el sexo de la muerte? Sería un buen momento para perder los escrúpulos y sentirme libre de todo.

La cortisona fluyendo por mi sangre, vasodilatando y jodiendo mi hígado. No sé respirar, la presión en el pecho es más profunda. La herida está hecha con escarcina, no cicatriza. Es la herida abierta con vinagre, supurante de una vida que me consume y desgarra.

La máscara de oxígeno es molesta, las luces me aturden, demasiada gente en urgencias. Quiero aislarme, sigo pensando en la muerte, mi cuerpo ya no me pertenece, está ausente, dirige sus propios caminos y mi mente traiciona a mi cuerpo. ¿Será la muerte que viene a verme?

Elías, así se llama el médico de urgencias, sigue buscando algo, mi cuerpo no reacciona, dice que mi mente no quiere seguir. Quizás. Todos miran a una mujer que se ahoga pero la vida me ahoga en la más absoluta soledad. Ella, es la culpable, me ha demolido, ha barrido mis sentidos, los ha vaciado. Ya no queda más.

Acaban de inyectarme un valium, creen que son los nervios, es la última posibilidad. No hago caso de nada, yo y mi yoidad dialogando. Hay unos ojos, rojos, tristes, tiernos, es mi padre, languideciendo en mi presente angustia. La musculatura se relaja, siento que la tensión desaparece. Quizás sea el valium. Mis pensamientos se están anestesiando, parecen alegres. La muerte ha cancelado la cita conmigo. Sigue sin importarme su sexo.

LO ABSOLUTO

Una pregunta: ¿Por qué la mujer viaja buscando lo absoluto?

Lo absoluto se posa en palabras, en poesía, en visiones oníricas, existe un verdadero problema en mí para describirlo pues lo absoluto está desnudo de palabras.

Lo absoluto nos busca y chisporrotea, juguetea con nosotros y mi alma bulle, porque quiere posarse más allá de la belleza.

Una belleza que el hombre le otorga a la forma y la mujer le abstrae algo mucho más profundo. Largo camino recorre la belleza pues está enraizada en lo masculino, en su sistema social, familiar, económico, filosófico, político, etc. Pocos son los que buscan, pero a decir verdad se encuentra y se expande.

Largo camino ha de recorrer la literatura porque en muy pocas obras se desnuda lo absoluto, con frecuencia son mujeres que destilan la pasión y el fuego que atenaza nuestras almas. Buscando dónde posarnos, hiriéndonos si es necesario, por que en lo absoluto residen en las emociones. Los ojos de los hombres vislumbran lo absoluto en nosotras procurando no trascender en demasía, sin entender que en lo absoluto reside nuestra alma y por ende nuestras acciones.

Demasiadas veces se tilda lo absoluto con lo rosa, pero bienvenido sea, otras veces lo absoluto se transforma en incomprensión del literato de turno, porque la forma no es masculina, ni es Conrad ni es Garcilaso, lo absoluto en palabras se retuerce en las entrañas de quien lo lee, trastocándolo, turbándolo sin entender el por qué. Porque lo absoluto es un sentir que no puede ser leíble es leible-sentido.

Tsvietaieva y Sodergran desnudan las palabras de su propia forma adentrándose en sí mismas hacia lo más absoluto, ante el estupefacto de muchos de los literatos de la época, sin entender, que el universo es interno y en esa búsqueda, las mujeres somos capaces del todo por el todo. La obra es la vida misma, es un todo, es una unidad, sin distinguir la vida y la obra, porque en ellas reside una única pasión, lo absoluto.

Cuando fluyen las palabras ya no desde la mente más puramente intelectual sino desde el más puro sentir emocional, se vuelven más vivas e ígneas, en ellas no reside la naturaleza de la forma sólo lo absoluto por lo absoluto como esencia viva femenina. Son los ecos de la soledad apabullante emergiendo, mi auténtica identidad, la más libre, la más fuerte e imperecedera.

Tsvietaieva, Sodergran y Tellado son algunos ejemplos de lo que perdura, de la búsqueda tensa y sistemática de la emoción en estado puro, que en manos de los hombres sigue conduciendo a terrenos arenosos sin sentido, sólo existe nuestro propio reconocimiento.

A estas horas lo absoluto sigue retorciéndome las entrañas, provocándome dolor de cabeza, sencillamente sólo sé vivir a través de lo que soy, en lo más absoluto.


Mª Carmen Martínez